Para comprender y tratar mejor el cáncer, los investigadores a menudo recurren a modelos experimentales que permiten una observación y experimentación exhaustivas sin la participación de pacientes humanos.
Dentro de estas prácticas se incluyen el colocar células cancerosas en un plato hasta estrategias más complejas como la implantación de tumores en ratones de laboratorio para una observación más detallada. Desafortunadamente, este enfoque no es eficiente en todos los tipos de cáncer, debido al hecho de que es imposible recrear las condiciones exactas del cuerpo humano en un entorno externo.
Sin embargo, un nuevo estudio realizado por The Jackson Laboratory puede haber encontrado una forma novedosa de estudiar y analizar una de las formas de cáncer históricamente más difíciles de tratar en humanos: el glioma difuso, o la forma más común de tumor cerebral. Los investigadores dicen que estudiar y tratar los tumores cerebrales en los perros dará lugar a opciones de tratamiento efectivas para los humanos, especialmente los niños.
Los tumores cerebrales aparecen en perros domesticados con tanta frecuencia como en humanos, y al igual que en las personas, son notoriamente difíciles de tratar. En ese sentido, cuidar a un perro que sufre un tumor cerebral puede ser muy difícil para su familia. Con esto en mente, el equipo de investigación dice que los perros en esta situación pueden beneficiarse de los tratamientos experimentales para tumores.
Los autores del estudio también examinaron hasta qué punto las respuestas inmunes de los caninos a los tumores cerebrales imitaban a las de los humanos. Una vez más, se observó que la respuesta inmunológica de los perros a un tumor cerebral espontáneo se parecía mucho a lo que sucede en los cuerpos humanos.
Las similitudes entre los tumores cerebrales humanos y caninos apuntan a que estos se "adaptan" a las mismas presiones ambientales experimentadas por ambas especies. Por supuesto, el promedio de vida de un perro es mucho más corto que el de un humano, incluso el viejo adagio lo afirma: un año humano de envejecimiento representa el equivalente a siete años de un perro.
Como tal, las muestras de tumor de perros utilizadas en este estudio no mostraron tantas mutaciones como los tumores examinados de adultos. En cambio, los tumores de perros se parecían mucho más a los tumores cerebrales de adolescentes. Este aspecto de los tumores cerebrales caninos puede resultar útil para estudiar el papel de la edad cuando se trata de combatir tumores.
Con todo esto, el equipo de investigación cree que sus hallazgos indican que si se puede desarrollar una cura para los tumores cerebrales caninos, esta también sería muy eficaz contra los tumores cerebrales que se ven en niños.
El estudio se publicó en Cancer Cell.